Colaborador de la Red Hispanoamericana contra el abuso sexual infantil.
Miembro de Asi nunca mas Estados Unidos.
Llorando de dolor y mendigando algo de comida para calmar el hambre, se acerco el pequeño a la persona encargada de su cuidado. - “Ya me tenes arto con tanta puta lloradera.! si tenes tanta hambre veni entonces yo te doy de comer culicagao de mierda.” -le grito el hombre.
Luego tomo al niño fuertemente por un brazo, lo condujo a un cuarto y lo obligo a hacerle sexo oral. -“Es mejor que te quedes callado porque la próxima vez te va a ir peor.” Amenazaba el cobarde mientras el pequeño entre arqueada y arqueada, intentaba vomitar lo poco que sostenía en su vacío estomago.
Esta historia suena como sacada de un libro de ficción malo. La realidad es que fue uno de los abusos a los que fui sometido en mi infancia. Hoy a mis 53 años, escucho y leo historias similares o peores. Parece mentira que la condición del ser humano continue siendo tan retrograda. Peor aun, continue afectando tanto nuestra misma humanidad. En mi caso puedo decir feliz y afortunadamente que estoy libre de los traumas creados en mi niñez. Las heridas que dejan tan desagradables experiencias, ya no duelen. Y si duelen, ya sabemos como calmarlas.
No cuento esta historia para inspirar compasión o cualquier tipo de sentimiento. La comparto por dos razones importantes para mi. Primero porque tenemos que romper el silencio. Gracias a Dios lo rompí hace tiempo y eso fue parte esencial de mi terapia. Segundo, porque esta en nosotros aportar nuestro granito de arena para ayudar a cambiar la historia de muchos niños y niñas. De hombres y mujeres que sufren a diario este tipo de agresión.
A pesar de todas las veces que fui sexualmente abusado en mi niñez, la experiencia que aquí comparto, fue la que mas rencor sembró en mi. Crecí con enormes deseos de asesinar al agresor. Soñaba con tenerlo de frente pidiendo perdón y suplicando por su vida. Afortunadamente nunca lo encontré, y con el tiempo pude transformar mis rencores, mis adicciones, y mis traumas, en perdón, amor, fe, y esperanza. Que regalo mas grande me dio el universo. Tuve la oportunidad de ser hijo, padre, esposo, y amigo. No he sido el mejor ejemplo, y mi aporte a la sociedad ha sido muy limitado. Pero haber escuchado esa voz interna y tener el coraje para cambiar al delincuente en potencia que se estaba gestando dentro de mi, por la clase de persona que soy hoy en día, es un motivo de satisfacción y orgullo porque pienso es un gran aporte a la sociedad.
Por eso estoy aprendiendo a escribir. Voy a empezar a gritar a los cuatro vientos, por todas partes, y con todas las fuerzas de mi alma NO MAS. Pido a través de estas lineas que nos unamos y en una sola voz gritemos NO MAS. Hagamos bulla y aportemos nuestro granito de arena. Recuerden que nuestro silencio nos hace cómplices.
No se trata de comenzar una campaña en contra de algo o de alguien. La idea es involucrarnos un poco en un movimiento de amor, union, y ayuda a los que estén siendo víctimas. Una campaña tan fuerte y poderosa, que el llanto del débil, se escuche como el rugir de un león herido. Un rugido tan fuerte que el agresor huya porque sabe que viene una manada a proteger la víctima. Ese es mi sueño. El mismo de cientos de miles de personas que estamos conformando esta brigada de amor.
De tantas organizaciones comprometidas con esta causa, hay dos que me llamaron la atención. Una es www.nomore.org y la otra es www.rainn.org. Ambas organizaciones están establecidas a nivel nacional, pero proveen educación y material de apoyo para las personas que estén interesadas en ayudar de una u otra manera. No importa lo mucho o poco que podamos aportar, lo importante es involucrarnos y dejarnos escuchar.
Muchas gracias y miles de bendiciones para todos. Espero poder contar con el apoyo de todos ustedes. Ya sea visitando los sitios en internet de las organizaciones correspondientes, o ya sea ayudándome personalmente en www.estaennosotros.com o www.freddyayuda.com a informar y a crear conciencia.
Feliz día y un fuerte abrazo para todos!!
Freddy Piedrahita
